jueves, 8 de marzo de 2012

Canción del pirata

 La canción del pirata es una obre poética de José de Espronceda, publicada en 1840, uno de los máximos exponentes de la poesía del Romanticismo español.


Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.

  La luna en el mar rïela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y ve el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa, 
y allá a su frente Stambul:


  «Navega, velero mío,
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.


  Veinte presas
hemos hecho
a despecho   
del inglés,
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.  
  Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
                                        
  Allá muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo tengo aquí por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes. 
  Y no hay playa,
sea cualquiera,
ni bandera
de  esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pecho
a mi valor.


  Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,  
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.


  A la voz de «¡barco viene!»
es de ver
cómo vira y se previene 
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.


  En las presas
yo divido
lo cogido 
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival. 
  Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.


  ¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río;
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna entena,
quizá en su propio navío.


  Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo 
del esclavo,
como un bravo,
sacudí.


  Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.


  Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.


  Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado 
por el mar.


  Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.»  




JOSÉ DE ESPRONCEDA

Día internacional de la mujer

El Día Internacional de la Mujer Trabajadora o Día Internacional de la Mujer se celebra el 8 de marzo. La primera convocatoria tuvo lugar en 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza extediéndose su conmemoración, desde entonces, a numerosos países. En 1977 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 8 de marzo como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. El 8 de marzo se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo integro como persona. Es fiesta nacional en algunos países.

jueves, 16 de febrero de 2012

Proyecto genoma humano


Aunque aparentemente somos diferentes, en el fondo todos somos iguales. Como en el caso de estos dos niños: uno tiene el pelo y los ojos oscuros, y el otro claros. Esto se debe a la información genética de cada uno de ellos. Esta información está guardada en la doble helice de ADN.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Mito de Dafne y Apolo

Cuenta el mito que Apolo quiso competir con Eros en el arte de lanzar flechas. Eros, molesto por la arrogancia de Apolo, ideó vengarse de él y para ello le arrojó una flecha de oro, que causaba un amor inmediato a quien hiriere. También hirió a la ninfa Dafne con una flecha de plomo, que causaba el rechazo amoroso. Así que cuando Apolo vio un día a Dafne se sintió herido de amor y se lanzó en su persecución. Pero Dafne, que sufría el efecto contrario, huyó de él. Y la ninfa corrió y corrió hasta que agotada pidió ayuda a su padre, el río Peneo, el cual determinó convertir a Dafne en laurel. Cuando Apolo alcanzó a Dafne, ésta iniciaba la transformación: su cuerpo se cubrió de dura corteza, sus pies fueron raíces que se hincaban en el suelo y su cabello se llenó de hojas. Apolo se abrazó al árbol y se echó a llorar. Y dijo: «Puesto que no puedes ser mi mujer, serás mi árbol predilecto y tus hojas, siempre verdes, coronarán las cabezas de las gentes en señal de victoria».
La transformación la relata Ovidio en el poema Las metamorfosis. Este mito ilustra el origen de uno de los símbolos típicos del dios, la corona de laurel.

Wiris

Falsos amigos

Otro vídeo sobre una comedia portuguesa que muestra las diferencias entre el portgués y el español con sus falsos amigos.